La Esperanza de Espiritu Santo y Fuego


By Marianni Lantigua Cruz

Mateo 3: 3 -12

“En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,  y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo:  Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas. Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre. Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados. Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su  bautismo, les decía! Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?  Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,  y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por  padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.  Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.  Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que  viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que  yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego”

Cuando leemos esta historia podemos resaltar varias cosas de importancia, Juan el bautista se encontraba haciendo lo que sabía hacer, bautizar personas, mientras estos eran inspirados a confesar sus pecados.  En el lugar se encuentran los fariseos, estos eran un grupo derivado del Judaísmo, sucesores de los Hasidim, una religión ortodoxa dentro del judaísmo.  Juan les habla a ellos de una manera muy significante, los denuncia, y pretende desenmascararlos ante los presente, entonces les dice “¡Generación de víboras! Ósea, les llama culebras. ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? les pregunta por que evaden la realidad   Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, les exhorta a que hagan algo constructivo con sus vidas, que demuestren que son buenos seres humanos.   y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por  padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Les dice que dejen de utilizar el nombre de Abraham para vanagloriarse, porque de estas piedras Dios puede levantar personas dignas de ser sus hijos.  Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.  Les explica que aquel que no sirve para nada debe ser desechado. Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento;  Les explica que él hace la obra inicial, la cual es ayudar a que las personas reconozcan sus pecados y se bauticen como símbolo de arrepentimiento. pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.   Entonces hace saber que quien viene detrás de él hará algo mucho más grande porque él es quien tiene el poder. 

La pregunta es qué significa bautizar en Espíritu Santo y fuego,  muchas personas interpretan esto como un momento de pentecostés, lo asocian con hablar en lenguas y danzar en el espíritu.  Pero también puede haber otra interpretación, igual de valida,  si pensamos un momento en la función del espíritu santo, sabemos que la principal es redargüir, según el diccionario redargüir es “utilizar un mismo argumento contra la persona que lo empleó con anterioridad”  en otras palabras enfrentarnos con nosotros mismos.  Enfrentarnos con nosotros mismos significa comprender, sin poder negar lo que hemos hecho, prácticamente es como si nos pusieran un video de nuestros actos.  Si Jesús, quien viene detrás de Juan es capaz de hacer algo así, los fariseos ya no podrán escapar de quienes son.  El espíritu santo y fuego es una amenaza para ellos.   Como muestra, podemos ver la parábola del publicano y el fariseo, en este caso el publicano era mateo, Jesús lo encontró en el camino haciendo su función de recolectar impuestos, alrededor habían fariseos, entonces Jesús habló; en Lucas 18: 10 -14 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.  El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.  Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será
enaltecido.  

 Justo en este momento Jesús pone un espejo frente a los fariseos, el espíritu santo los redarguye con la realidad de quienes son.  Pero Juan había dicho que también vendría el fuego, según el diccionario la definición de fuego es la combustión de una   materia que produce desprendimiento de luz y calor. Sabemos que todo lo que pasa por el fuego es purificado, y no creo que haya sido casualidad que Juan haya puesto lo que Jesús traería en este orden, queda claro que para ser purificados primero tenemos que primero ser redargüidos, en otras palabras, después que el espíritu santo hace su labor, viene el fuego a purificarnos. 

Ahora bien, la pregunta más importante de toda esta lección es cómo podemos aplicar esto a nosotros mismos, como podemos traer esta historia de tantos años atrás, y que sea de beneficio a nuestras vidas en el 2013.  Es importante aceptar aunque no nos guste, que así como los fariseos eran una rama del judaísmo, nosotros somos una rama del cristianismo.   ¿Sera que sin darnos cuenta actuamos como los fariseos? apuntamos el dedo, contra todo hermano y hermana que no sea miembro del grupo con el que nos asociamos o identificamos.  Vamos delante de Dios dándole las gracias, porque no somos como ese negro(a), como ese ilegal, como ese gay, como ese borracho(a), o como esa analfabeta.  Buscamos ser exaltados(as) y olvidamos que dentro de nuestra propia humanidad, somos tan pecadores como cualquier otra persona.

 Más aun, cuando los “Juan bautista” de hoy en día, me refiero a nuestros líderes espirituales, nos ayudan a encontrar el camino, creemos que ya el trabajo está hecho, no nos esforzamos por dar frutos, que demuestren que somos personas buenas, personas que se esfuerzan cada día por crecer y ser mejores. 

Para concluir me pregunto  si de verdad hemos nosotros aceptado las enseñanzas del maestro Jesús.  Porque aceptarlo no es solo pregonar que somos sus hijos como hacían los fariseos con Abraham, porque de Dios puede levantar hijos de las piedras.

 Es importante entender que no tenemos un pase VIP por pregonar que somos sus hijos, más aun si no damos frutos que demuestre que somos personas constructivas y de bien, seremos olvidados, desechados, no tendremos ningún legado, seremos los fariseos del siglo 21. Recordados como un grupo de gente que se derivaba del Cristianismo llenos de hipocresía y nada más.    Tal  y como dijo Juan, después del primer paso, comienza el espíritu santo a redargüirnos a través de las enseñanzas que Jesús dejo para nosotros, es entonces que debemos pasar por el fuego, purificarnos, ser mejores vecinos, mejores hermanos, mejores feligreses, mejores parejas, mejores miembros de la sociedad, en fin ser mejores seres humanos.   Solo así podremos dar muestra de que vivimos lo que profesamos que Dios es nuestro padre y Jesús nuestro maestro y que cada día tenemos la esperanza de que seremos bendecidos y  bautizados con espíritu santo y fuego. 

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